Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 173 de 2010 cámara 107 de 2009 senado - 12 de Mayo de 2011 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451397826

Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 173 de 2010 cámara 107 de 2009 senado

INFORME DE PONENCIA PARA PRIMER DEBATE AL PROYECTO DE LEY 173 DE 2010 CÁMARA, 107 DE 2009 SENADOpor medio de la cual se aprueba la ¿Convención Interamericana para Facilitar la Asistencia en Casos de Desastre¿, adoptada en Santiago, Chile, el 7 de junio de 1991.

Bogotá, D. C., 10 de mayo de 2011

Doctor:

ALBEIRO VANEGAS OSORIO

Presidente Comisión Segunda

Honorable Cámara de Representantes

Ciudad

Respetado doctor:

En cumplimiento del encargo hecho por la Mesa Directiva de la Comisión Segunda del Senado de la República y con fundamento en los artículos 150, 153 y 156 de la Ley 5ª de 1992, me permito rendir ponencia para segundo debate al Proyecto de ley número 107 de 2009 Senado, 173 de 2010 Cámara, por medio de la cual se aprueba la ¿Convención Interamericana para Facilitar la Asistencia en Casos de Desastre¿, adoptada en Santiago, Chile, el 7 de junio de 1991. Me permito presentar las siguientes consideraciones, con el objetivo de rendir ponencia.

  1. Antecedentes del proyecto de ley

    Esta iniciativa es autoría del Ministro del interior y Justicia, Fabio Valencia Cossio y el Ministro de Relaciones Exteriores, Jaime Bermúdez Merizalde, y tiene por objeto la ratificación de la Convención Interamericana para Facilitar la Asistencia en Caso de Desastre, adoptada en Chile, el 7 de junio de 1991, como un instrumento de suma importancia por cuanto contribuye a fomentar alianzas por medio de acuerdos de cooperación y otras acciones que respondan a los riesgos y amenazas que destruyen la vida y afectan la seguridad y los bienes de los habitantes del continente americano a causa de fenómenos naturales o antrópicos.

    América, se considera como una región de gran riqueza natural, pero también de gran vulnerabilidad a los desastres de origen natural. Desde 1996 a 2005, unos 1,262 de los 6,417 desastres globales han azotado a la región; un territorio donde ningún país tiene una legislación específica que aborda de manera exhaustiva el tema de los desastres de origen natural.

    En Latinoamérica y el Caribe, las economías son extremadamente dependientes de los recursos naturales. Por lo tanto, la variabilidad climática y el incremento en la frecuencia y la intensidad de los desastres tienen impactos devastadores en la región. El impacto de estos paraliza el desarrollo económico y social en todos los países en desarrollo mientras que, a la vez, la clave para reducir la vulnerabilidad es el desarrollo.

    Para recordar algunos de los casos más recientes y devastadores del continente, vale la pena mencionar: el terremoto en Quindío-Colombia el 25 de enero de 1999, el terremoto que arrasa con la Costa de Perú el 15 de agosto de 2007, el peor terremoto vivido por Haití el 12 de enero de 2010, seguido por el de Chile el 27 de febrero del mismo año, los tornados y tsunamis que atacaron a Estados Unidos el mes pasado en varios estados como Alabama, y la ola invernal que afecta a nuestro país y que ha dejado un sinnúmero de afectados en todo el territorio colombiano.

  2. Comentario general, la importancia y la necesidad

    Como respuesta a las necesidades y a la situación de desastre natural causada por ola invernal en nuestro país, la cual viene ocurriendo desde mediados del año 2010 y que a la fecha, y que como consecuencia de este se presenta un panorama de desastre mayor en la que las principales necesidades a diciembre de 2010 son, asistencia alimentaria, atención en salud y nutrición, agua y saneamiento, educación y protección de 1.300.000 personas en 599 municipios en 28 de los 32 departamentos y Bogotá, D. C. y la sabana, 1.654 viviendas han sido destruidas, 196.662 viviendas averiadas. Las regiones más afectadas son La Mojana y la depresión Momposina, también los departamentos de Nariño, Chocó, Cauca, Norte de Santander, Córdoba, Bogotá y la Sabana Cundinamarca, Boyacá y Arauca de acuerdo a datos suministrados por la Unicef.

    1¿959.928 personas afectadas por las inundaciones y deslizamientos de tierra en Colombia. 246 muertos, 246 heridos y 99 desaparecidos. Las lluvias afectan a más de 400 mil familias en más de 650 municipios de 28 de los 32 departamentos del país, donde el invierno destruyó 2.938 viviendas y dejó otras 296.340 en malas condiciones. Y en donde 700 de los 1.100 municipios del país existe población en zonas de alto riesgo, según el reporte del Ministerio del Interior y de Justicia.

    En el acumulado a abril de 2011 se reportan 444 muertes, y 3.200.000 damnificados en cerca de 700 municipios en el país, se pasó de 200 mil a 680 mil hectáreas, particularmente en los departamentos de Atlántico y Valle en donde se incrementaron en 80 mil hectáreas. A todo este panorama de calamidad pública que han afectado las condiciones de vida de muchos de nuestros colombianos por este Fenómeno de La Niña, agreguémosle la destrucción masiva causada en toda la infraestructura del país en lo que se refiere a puentes, vías de comunicación, servicios públicos y saneamiento como acueductos y alcantarillados, muebles e inmuebles urbanos y rurales, poblados y caseríos enteros destruidos.

    La economía doméstica y nacional afectada por pérdidas grandes de cultivos, todo tipo de ganados, la capacidad productiva y los circuitos económicos del país totalmente colapsada. Se presentan en muchos lugares de desabastecimiento total de víveres, alimentos, medicamentos, agua potable, materias primas para las industrias en general, aun de ayudas que no ha sido posible entregar y que se están perdiendo. Los centros educativos, hospitales, ancianatos, etc., etc., están generando un atraso en la calidad de vida y social de los colombianos.

    Por todo lo anteriormente descrito, es menester nuestro, tomar medidas para apoyar y suplir todo lo que se requiera para este tipo de emergencias. El gobierno y sus entes en muchas ocasiones se han visto insuficientes para poder cumplir en el espacio y en tiempo real dichas necesidades, es por esto que con herramientas propias creadas para ayuda humanitaria, como es la ¿Convención Interamericana para Facilitar la Asistencia en Casos de Desastre¿, adoptada en Santiago, Chile, el 7 de junio de 1991 podemos acceder a mecanismos de ayuda y cooperación internacional, que están listos y dispuestos a darnos el apoyo en el momento que así se requiera.

    Teniendo de presente los nuevos vaticinios que en cuanto a reportes sobre el tiempo que se vienen haciendo por parte del Ideam, en que el invierno sigue hasta finales del mes de junio de 2011, es que herramientas como estas son importantes, necesarias y urgentes, de mucha vocación humana, amor a los desprotegidos, de voluntad política y capacidad formativa para accionar las políticas que integren los planteamientos internacionales. El accionar, la operación, la eficacia y la eficiencia de la estrategia son responsabilidad principalmente de nosotros los congresistas como representantes directos de los afectados.

  3. La importancia de la cooperación en la atención y prevención de desastres

    La cooperación internacional para la reducción de riesgos de desastres naturales, entendida como la correlación entre fenómenos naturales peligrosos (como un terremoto, un huracán, un maremoto, etc.) y determinadas condiciones socioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable, mala ubicación de la vivienda, etc.)[1][1], ha enfrentado diferentes etapas de evolución en el contexto regional, desde el momento en que se empieza a reconocer la necesidad de actuar a favor de la ecología y la naturaleza se abre la puerta al hecho de aceptar que el daño ecológico provocado en algunos casos era irreversible y en otros con un impacto notorio.

    En este escenario es importante mencionar que la comunidad internacional tuvo que reconocer que los desastres naturales tenían un alto costo humano, social y económico a corto y largo plazo, lo que llevó a estudiar y entender en paralelo cómo reducir el riesgo de desastres naturales por fenómenos naturales peligrosos agravados por la intervención humana.

    Los desastres naturales provocan cambios irreversibles tanto en las estructuras económicas y sociales como en el medio ambiente. En los países en desarrollo, el número de muertes suele ser elevado debido a su mayor vulnerabilidad, uno de cuyos componentes es la ausencia o ineficacia de los sistemas de...

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