Informe de Ponencia Para Primer debate al Proyecto de Ley 025 de 2014 Cámara
por medio de la cual se modifica la Ley 181 de enero 18 de 1995 sobre el fomento del deporte, la recreación, el aprovechamiento del tiempo libre y la educación física; se crea el Sistema Nacional del Deporte; e introducen nuevas disposiciones. En atención a la designación hecha por el señor Presidente de la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, doctor Dídier Burgos Ramírez, y dando cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 150, 155 y 156 de la Ley 5ª de 1992, presentó ponencia para primer debate al Proyecto de ley número 025 de 2014 Cámara, por la cual se modifica la Ley 181 de enero 18 de 1995 sobre el fomento del deporte, la recreación, el aprovechamiento del tiempo libre y la educación física; se crea el Sistema Nacional del Deporte; e introducen nuevas disposiciones.
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
I. Origen
El proyecto fue presentado por el honorable Representante Efraín Antonio Torres Monsalvo ante la Secretaría General de la Cámara de Representantes el 20 de julio de 2014, radicado en la Comisión Séptima el día 30 de julio de los mismos y publicado en la Gaceta del Congreso número 378 de 2014, por la cual cumple con los artículos 154, 157, 158 y 169 de la Constitución Política Colombiana. Por lo anterior, se trata de un proyecto de iniciativa legislativa, cumpliendo con lo establecido en el artículo 140.1 de la Ley 5ª de 1992.
II. Objeto del proyecto
Como lo afirma su autor, el objeto del proyecto es ¿¿redefinir las funciones y el rol del Sistema Nacional de Deporte; definición de grados de profesionalización y formalización de la actividad deportiva; implementación de una visión estratégica a largo plazo; reglamentar y redefinir las competencias y funciones de los actores a nivel nacional, departamental y municipal del Sistema Nacional de Deporte; emisión de un estatuto de premisas laborales y salariales de apoyos económicos; replantear el rol de la educación física a través de los Programas Escolares de Formación Deportiva y las escuelas municipales deportivas; protección a la creación de semilleros y talentos informales; financiación de la infraestructura deportiva; política de atracción de inversión privada para todas las categorías deportivas; y deporte universitario, entre otros¿.
III. Contenido del proyecto
El proyecto cuenta con veintidós (22) artículos y su respectiva Exposición de Motivos, y en ellos se busca ¿redefinir las funciones y el rol del Sistema Nacional de Deporte; definición de grados de profesionalización y formalización de la actividad deportiva; implementación de una visión estratégica a largo plazo; reglamentar y redefinir las competencias y funciones de los actores a nivel nacional, departamental y municipal del Sistema Nacional de Deporte; emisión de un estatuto de premisas laborales y salariales de apoyos económicos; replantear el rol de la educación física a través de los Programas Escolares de Formación Deportiva y las escuelas municipales deportivas; protección a la creación de semilleros y talentos informales; financiación de la infraestructura deportiva; política de atracción de inversión privada para todas las categorías deportivas; y deporte universitario, entre otros¿.
IV. Consideraciones al proyecto
La ley del deporte tenía una realidad al momento de nacer en el año 1995, pero a lo largo de estos casi 20 años, el deporte, sus formas, sus organizaciones y su estructura han cambiado considerablemente.
Aunque la ley aborda diversas temáticas, consideramos que hay puntos en particular que deben ser prioritarios al momento de abordar las discusiones de este proyecto de ley que se va a construir.
Uno de los principales y primordiales temas tiene que ver con todo el componente conceptual de la ley y, fundamentalmente, por definir muy precisamente qué es un sistema del deporte (sea municipal, departamental o nacional), qué incluye, quiénes lo conforman, cómo se financia y qué articula. Se nota todavía la desconexión de estos sistemas, la no comprensión y su poca funcionalidad. Es necesario también definir los alcances presupuestales, técnicos y programáticos de cada subnivel.
Así mismo, tenemos un plan centralizado en el deporte, los niveles y subsistemas tienen que abordar muy decididamente la recreación y la actividad física; con la misma rigurosidad y criterio que se le ha dado al deporte. La recreación y la actividad física adolecen de planes, de orientación, de estrategia; que promueva su utilización y funcionamiento con directrices claras.
La base deportiva tiene que estar en el sector educativo del país. La ley tiene que empezar a hablar de deporte extraescolar y no solo de educación extraescolar; la formación deportiva extraescolar es fundamento primordial para el fortalecimiento deportivo, sea desde lo asociado o lo comunitario. Adicionalmente se debe contemplar una intervención más exhaustiva desde lo escolar, que fomente y promueva lo extraescolar. Las instituciones educativas tienen que contemplar las intencionalidades del trabajo por fuera del horario lectivo, sea a través de un club deportivo, o de actividades complementarias desde la recreación y la actividad física.
Estos componentes extraescolares desde el deporte, la recreación y la actividad física, fortalecen y complementan la educación física escolar. De nada serviría tener deporte extraescolar sin una adecuada educación física. Se hace prioritario tener profesionales encargados de lo escolar y lo extraescolar que le den sentido integrador a esta iniciativa.
La educación física ha tenido múltiples guías para sus contenidos, pero no se ha desarrollado bien; ha estado a cargo de personas inexpertas y con poco conocimiento del área. Podemos utilizar el deporte para la educación física, y aprovechar esa ventaja para el deporte colombiano. Este debe ser la base deportiva del país, pero con objetivos claramente establecidos. Las instituciones no saben qué educación física ofrecen, ni cómo la ofrecen; no hay ningún tipo de intencionalidad con el área, por lo menos desde el punto de vista práctico y funcional. Debe ser prioritaria la mirada de la educación física, para lo educativo, para lo formativo, para lo extraescolar y para lo asociado. Si la educación física va a ser parte directa del sistema deportivo debe establecerse de esa forma, si no lo es, debe asignársele esa responsabilidad exclusiva a educación y que se hagan verdaderamente responsables de su gestión.
En esa misma dirección, así como el deporte podrá tener horarios extendidos para su desarrollo, la recreación y la actividad física deben tener actividades complementarias para la formación extraescolar de los jóvenes, que complemente su proceso de formación educativa con sus intereses y capacidades, incluidos los deportivos.
Desde esa perspectiva, se deben definir las relaciones, tipos de organización y eventos competitivos para los procesos selectivos en todos los niveles regionales y en todos los niveles territoriales. La participación representativa debe quedar claramente reglada, para que no obedezca a particularidades, y que sean los resultados y las deportistas verdaderas consecuencias de procesos bien llevados.
Estos procesos deben servir, para que cada zona de país identifique sus fortalezas, y las promueva. El país debe tener zonas de desarrollo deportivo subregional, donde incluso desde el sector educativo y lo asociado se fortalezcan para promover las prácticas deportivas que se han priorizado en cada uno de estos lugares. Es decir, si al Urabá antioqueño lo definimos como zona prioritaria para el atletismo, la educación física debería estar orientada y transversalizada por esa modalidad; el sector asociado debería ser fuerte en atletismo, y las inversiones y financiación estarían orientadas a fortalecer toda la cadena de formación, detección de talentos, educación y rendimiento para esa modalidad. El país debe priorizar sus intereses.
El tema de la financiación es uno de los temas más preocupantes, y aunque se han hecho esfuerzos por garantizar mayores recursos para el deporte, la evidente ausencia de ellos es muy notoria y preocupante. Una posible propuesta, es que la financiación llegue directamente a los municipios, y los entes departamentales se encarguen de la delimitación política del funcionamiento. Implicaría además que los recursos que le llegan a cada municipio obedezcan a la cantidad de pobladores que tenga cada territorio, y que lleguen recursos de acuerdo a 4 líneas en particular: Deporte comunitario, deporte escolar, actividad física y la recreación comunitaria.
Esa delimi tación temática, garantizará que cada municipio oriente sus esfuerzos de acuerdo a los intereses nacionales, departamentales y municipales; y que permita efectivamente que cada territorio dirija sus esfuerzos y recursos en lo que verdaderamente debe gastarse.
Pero se deberán garantizar unos mínimos financieros para cada ente territorial, que ayude a llevar a cabo sus tareas administrativas y de inversión en aras de beneficiar el deporte, la recreación y la actividad física en cada municipio.
La infraestructura deportiva será una prioridad del ente deportivo nacional y de los entes departamentales, de acuerdo a su clasificación deportiva subregional que complementen los mínimos de ciertos municipios. Existirán municipios con esa capacidad de desarrollo en infraestructura, deberán apoyarse y aunar esos esfuerzos de crecimiento integradamente. Se deberá contemplar así mismo infraestructura para la recreación y la actividad física, que es una infraestructura específica, con criterios diferentes a los tradicionales del deporte.
Cuando asuntos priorizados empiecen a nacer, nacerá también la necesidad de que se modifiquen las estructuras del deporte asociado. Hoy este sector ha evolucionado y avanzado. Hoy nos hemos preocupado por asignar reconocimientos deportivos, pero no por analizar y comprender el sector asociado. Tenemos bajo la misma figura organizaciones con inmensas diferencias...
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