Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 178 de 2012 senado - 15 de Mayo de 2013 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451046778

Informe de ponencia para primer debate al proyecto de ley 178 de 2012 senado

INFORME DE PONENCIA PARA PRIMER DEBATE AL PROYECTO DE LEY 178 DE 2012 SENADO. por medio de la cual se reglamenta la Profesión de Tecnólogo de Atención Prehospitalaria.

Bogotá D. C., 15 de mayo de 2013

Doctor

EUGENIO PRIETO SOTO

Presidente

Comisión Sexta Constitucional Permanente

Senado de la República

Respetado Presidente:

En cumplimiento de la designación realizada por la Mesa Directiva de la Comisión Sexta del Senado de la República, me permito presentar informe de ponencia para primer debate al Proyecto de ley número 178 de 2012, por medio de la cual se reglamenta la profesión de tecnólogo de atención prehospitalaria y se dictan otras disposiciones, de autoría del honorable Senador Mauricio E. Ospina Gómez, en los siguientes términos:

Consideraciones generales

El trauma en el mundo es considerado un problema de salud pública debido a las altas tasas de morbimortalidad que se derivan de diversos episodios traumáticos (accidentes, desastres y conflictos armados, entre otros), constituyéndose de esta forma en un fenómeno costoso no solo por los gastos en que se incurre en tratamientos y rehabilitación, sino también en pensiones e indemnizaciones. En el mundo el trauma ¿constituye la cuarta causa de muerte en todas las edades y la causa principal de muerte de niños y adultos menores de 45 años. Por cada muerte hay diez pacientes admitidos en los hospitales y cientos más atendidos en las salas de urgencias. Se estima que el costo de las lesiones sobrepasa los $180 mil millones de dólares anuales. Esto representa un costo dos veces mayor que las enfermedades cardiovasculares y el cáncer juntos¿[1][1].

El fenómeno de los traumatismos derivados del accidente de tránsito más el Infarto Agudo de Miocardio (IAM) son quizás las causas más representativas de mortalidad; tanto una como otra tienen más elevada mortalidad en los primeros momentos tras el incidente. La Organización Mundial de la Salud en su publicación Prehospital Trauma Care Systems[2][2], hace referencia a la necesidad de la atención prehospitalaria y al comportamiento trimodal de la mortalidad por traumas graves en las víctimas de estas situaciones.

El primer grupo de víctimas fallece inmediatamente o minutos después en el sitio del incidente producto de la gravedad de las lesiones; del segundo grupo, el 70 % fallece horas después como consecuencia de sangrado masivo, lesiones en las vías respiratorias o lesiones neurológicas; del tercer y último grupo el 65 % muere producto de falla multisistémica o por infecciones desarrollas días o semanas después del incidente y el grupo poblacional más afectado de forma general frente a los traumatismos son los hombres entre los 15 y 44 años; en donde la mayor mortalidad corresponde a la etapa extrahospitalaria. Por lo tanto, ante una situación de urgencia por evento traumático grave una adecuada asistencia prehospitalaria marca la diferencia entre la vida o la muerte.

De acuerdo con lo anterior, los proveedores de servicios de atención prehospitalaria pueden incidir directa y positivamente sobre los grupos dos y tres, puesto que las acciones esenciales desarrolladas oportuna y profesionalmente pueden, evitar (disminuir) la mortalidad o la discapacidad. El control de hemorragias, el mantenimiento de una adecuada vía aérea, el soporte de la oxigenación y la ventilación, al igual que una adecuada manipulación del paciente (sus extremidades y columna vertebral) pueden evitar daños asociados a lesiones directas del traumatismo.

Colombia no es un país ajeno a estas circunstancias en las cuales la violencia, las colisiones vehiculares, entre otras situaciones, han cobrado la vida de niños, adultos y ancianos. En Colombia el accidente de tránsito ocupa el segundo lugar como generador de trauma, reportándose 24 accidentes por hora, para un total aproximado de 211.000 accidentes anuales. Según estadísticas del sistema de información del Instituto Nacional de Medicina Legal, durante el año 2004 se valoraron 41.397 personas lesionadas equivalente a 91.4 personas por cada cien mil colombianos; de acuerdo al Fondo de Prevención Vial (abril de 2004) Colombia pierde cada año tres billones 500 mil millones de pesos por accidentes de tránsito*, fenómeno que está generando un impacto negativo sobre la salud de las personas. Según un informe de la Universidad de los Andes (2004), el promedio de la incapacidad en Colombia de un trabajador comprometido en un accidente es de 18 a 20 días, lo cual da como total, 4.100.000 días de trabajo perdidos equivalente a 14.800 años; además del daño ocasionado a las personas, el daño que se causa a la economía es enorme.

En 2012 murieron 165 personas más que en 2011. El 44 % de los fallecidos viajaba en moto y el 35 % de los peatones muertos fueron atropellados por motos. En ese mismo año hubo incremento en las fatalidades en 28 % de los municipios de Colombia, siendo las edades de mayor riesgo entre los 19 y 29 años y más de 60 años.[3][3] Con el incremento en el uso de la moto como medio de transporte, los riesgos de accidentalidad han crecido y el costo social de sus consecuencias se ha disparado significativamente.

Muchos de los pacientes por evento traumático mueren en el lugar del evento producto de las lesiones en órganos vitales, y otros fallecen por falta de una atención oportuna y adecuada desde el sitio del incidente hasta el centro asistencial en salud a donde son remitidos estos pacientes; algunos de los que sobreviven presentan discapacidades físicas como efecto del retraso en la atención o por un manejo inadecuado por parte del personal que interviene en la emergencia extrahospitalaria; siendo este comportamiento semejante en todo el territorio nacional.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe ¿Proyección de causas de morbilidad en el mundo¿ ajustada a discapacidad del año 1999 al 2020 (situación hipotética de referencia), las principales causas de morbilidad sufren una variación con el paso del tiempo. Se aprecia, por ejemplo, cómo la cardiopatía is- quémica, que ocupaba el sexto lugar como causa de morbilidad, pasó a ocupar el primero; las lesiones originadas en accidentes de tránsito ocupaban el noveno lugar y en la actualidad han pasado a ser la tercera causa de morbilidad.

En cuanto a las enfermedades no traumáticas conocidas como crónicas no transmisibles, se presentan típicamente en la población mayor de 45 años, ellas ocurren como producto de procesos crónicos (enfermedades que evolucionan en el largo tiempo) que han afectado el sistema respiratorio (Ej: asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, etc.) y los sistemas cardiovascular y neurovascular (Ej: infarto agudo al miocardio, falla cardiaca, accidente cerebrovascular, hipertensión arterial, etc.); estas condiciones pueden comprometer la vida de las personas si se retrasa su atención oportuna y adecuada. Una persona puede desarrollar una parada cardiaca teniendo como causa alguna de las condiciones mencionadas; una vez detenido su corazón, la víctima puede perder aproximadamente el 10 % de sobrevida por cada minuto en paro cardiaco sin que reciba maniobras de resucitación, que incluya una posibilidad de recibir una descarga eléctrica[4][4] al corazón para intentar revertir la condición de paro cardiorrespiratorio.

El desarrollo de sistemas organizados de respuesta a las diferentes emergencias médicas...

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