Ponencia para segundo debate al proyecto de ley 306 de 2010 cámara 39 de 2009 senado
PONENCIA PARA SEGUNDO DEBATE AL PROYECTO DE LEY 306 DE 2010 CÁMARA, 39 DE 2009 SENADOpor medio de la cual se rinde homenaje a la vida, y obra del maestro de música vallenata Leandro Díaz.
Bogotá, D. C., 29 de marzo del 2011
Honorable Representante:
CARLOS ALBERTO ZULUAGA
Presidente
Honorable Cámara de Representantes
Bogotá. D.C.,
Honorable Presidente:
Me ha correspondido el honroso encargo de rendir ponencia para segundo debate al Proyecto de ley número 39 de 2009 Senado, 306 de 2010 Cámara,en dicho cumplimiento por lo cual, me permito rendir informe favorable al proyecto antes citado de la siguiente manera y en los siguientes términos:
Señor Presidente:
Cumpliendo con la misión encomendada por la honorable Mesa Directiva de la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes, paso a rendir ponencia para Segundo Debate al Proyecto de ley número 39 de 2009 Senado, 306 de 2010 Cámara, por medio de la cual se rinde homenaje a la vida, y obra del maestro de música vallenata Leandro Díaz;presentado a consideración del Congreso de la República por elhonorable SenadorJorge Eliécer Guevara.
El Objetivo del Proyecto:
El proyecto de ley de la referencia como su título lo indica rinde en su articulado entre otros un merecido reconocimiento a la Vida y Obra del compositor de la Música Vallenata, invidente, el Maestro Leandro José Díaz Duarte, conocido en el lenguaje popular como el Cantor de Alto Pino declarándole Patrimonio Cultural de la Nación y su trabajo será publicado a través de el Ministerio de Cultura por sí mismo o a través de sus entidades adscritas o vinculadas en medio físico y/o digital en una recopilación de todas sus obras musicales, escritos sociales, culturales y políticos. Los cuales deberán estar acompañados por una biografía que contenga el hito de su supervivencia y el legado de su obra musical, la cual se distribuirá a todas las bibliotecas públicas del país.
Vida y Obra del Cantor de Alto Pino:
Leandro Díaz, desde muy joven acogió el Canto Vallenato como un dispositivo cómplice de su vida circunstancial, canturreando, vocalizando, componiendo y afinando versos colmados de anhelos que le permitieran sobrellevar el dolor y aminorar la tristeza que proporcionara su ceguera. Echando mano de la razón original para no claudicar ante su pena sombría y abrazando la inspiración recursiva e innata que estimuló su clarividencia, discernimiento y creatividad autóctona tratando de interactuar al mismo nivel con los juglares de entonces.
Ese es el motivo elemental que encumbra al versátil autor que es el Maestro Leandro José Díaz Duarte al compendiar una obra sin igual métricamente, melódicamente, en colorido, en contenido y en la gracia que adorna a cada uno de sus personajes cuando en sus estrofas folclóricas acude a la descripción imaginaria, narrando crónicas que se constituyen en la esencia verídica de la narrativa-costumbrista que es orgullo y forma de la sabia cognición que Leandro Díaz le imprimió a la universalidad melodiosa de la región en comunión con los diarios hechos y aconteceres de la Provincia de Padilla, lindero imaginario trazado entre los departamentos de La Guajira y el Cesar de la costa Caribe colombiana.
Esta honrosa distinción que me confiere la honorable Comisión Segunda de la Cámara de Representantes de exaltar y homenajear al Maestro Leandro José Díaz Duarte, me permite parodiar al escritor; Alberto Salcedo Ramos, cuando dice: ¿Los poetas clásicos del vallenato son seres que reflexionan sobre la vida con hipérboles y metáforas, no tanto como ornamento literario sino como una herramienta de comunicación, que los ayuda a entenderse mejor. Este juglar es, en realidad, un recurso defensivo de nuestra cultura para preservar al brujo de la tribu. Es una prolongación del abuelo tribal que, en su taburete de cuero, cuenta cuentos para no quedarse solo. Es el guardián de la memoria de...
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