Ponencia para segundo debate al proyecto de ley 243 de 2005 senado 373 de 2005 cámara - 13 de Septiembre de 2005 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451292918

Ponencia para segundo debate al proyecto de ley 243 de 2005 senado 373 de 2005 cámara

PONENCIA PARA SEGUNDO DEBATE AL PROYECTO DE LEY 243 DE 2005 SENADO, 373 DE 2005 CÁMARApor medio de la cual se aprueba el Acuerdo de Complementación Económica suscrito entre los Gobiernos de la República Argentina, de la República Federativa del Brasil, de la República del Paraguay y de la República Oriental del Uruguay, Estados Partes del Mercosur y los Gobiernos de la República de Colombia, de la República del Ecuador y de la República Bolivariana de Venezuela, Países Miembros de la Comunidad Andina\" y el \"Primer Protocolo Adicional-Régimen de Solución de Controversias\", suscritos en Montevideo, Uruguay, a los dieciocho (18) días del mes de octubre de dos mil cuatro (2004).

Bogotá, D. C., 6 de septiembre de 2005

Honorable Senadora

CLAUDIA BLUM DE BARBERI

Presidenta honorable Senado de la República

Ciudad

Respetada doctora:

Por encargo de la Mesa Directiva de la Comisión Segunda del Senado nos permitimos presentar ante la Plenaria del honorable Senado de la República el informe de Ponencia para segundo debate del Proyecto de ley número 243 de 2005 Senado, 373 de 2005 Cámara, \"por medio de la cual se aprueba el Acuerdo de Complementación Económica suscrito entre los Gobiernos de la República Argentina, de la República Federativa del Brasil, de la República del Paraguay y de la República Oriental del Uruguay, Estados Partes del Mercosur y los Gobiernos de la República de Colombia, de la República del Ecuador y de la República Bolivariana de Venezuela, Países Miembros de la Comunidad Andina\" y el \"Primer Protocolo Adicional - Régimen de Solución de Controversias\", suscritos en Montevideo, Uruguay, a los dieciocho (18) días del mes de octubre de dos mil cuatro (2004).

Como quiera que el proyecto fue aprobado en primer debate en sesión conjunta de las Comisiones Segundas del Senado y la Cámara de Representantes, sin modificaciones, ponemos a su consideración los argumentos presentados en la sesión conjunta por resultar pertinentes para la discusión en segundo debate:

Trámite en sesión conjunta de las Comisiones Segundas del Senado de la República y la Cámara de Representantes

Las Comisiones Segundas del Senado de la República y la Cámara de Representantes se reunieron el 8 de junio de 2005, para aprobar el proyecto de ley arriba mencionado, interviniendo el Senador Francisco Murgueitio Restrepo, como coordinador de ponentes por parte del Senado, el Representante Carlos Julio González Villa, como coordinador de ponentes por parte de la Cámara de Representantes y el Representante Juan Hurtado Cano, quienes dieron su apoyo al texto puesto en consideración por los Senadores y Representantes ponentes de ambas Comisiones.

Puesta en consideración la proposición con la que termina el informe de la ponencia conjunta de las Comisiones Segundas de Senado y Cámara fue aprobada por la totalidad de los votos de los Senadores y Representantes presentes en la sesión.

CONSIDERACIONES GENERALES

Es claro para el grupo de ponentes que, tal y como insiste el ejecutivo en el informe que acompaña el proyecto, corresponde al Congreso de la República, en ejercicio de su facultad constitucional de aprobar o improbar los tratados internacionales, determinar si el acuerdo CAN-Mercosur responde efectivamente a las aspiraciones e intereses nacionales. Pese al poco tiempo que se dispuso para la discusión y elaboración de los análisis pertinentes, el decidido esfuerzo de los legisladores es prueba de su compromiso con la valoración responsable de esta iniciativa.

El apoyo amplio de los sectores productivos -expresado por los dirigentes gremiales tanto en los Foros realizados por las Comisiones Segundas de la Cámara de Representantes y el Senado de la República, así como en el seno de la Comisión Mixta de Comercio Exterior- ha permitido develar las oportunidades que ofrece para el país este acuerdo. Aun así, creemos importante insistir en la necesidad de buscar, para futuros acuerdos, que la participación en la discusión y el debate de este tipo de iniciativas se extienda a un conjunto más amplio y diverso de expresiones ciudadanas, tal y como lo establece el mandato consignado en el Plan Nacional de Desarrollo.

Estamos frente a un acuerdo de primera generación, con el que se pretende crear un área de libre comercio de bienes entre los socios, que se comprometen por lo tanto a eliminar determinadas tarifas y medidas fronterizas. Un acuerdo que no contempla el establecimiento de disciplinas en materias como los servicios, la propiedad intelectual, las inversiones, las compras del Estado, etc. que sí se encuentran comprendidas en tratados de segunda generación suscritos por Colombia, como aquel que da forma a la Comunidad Andina o al G-3. Ejemplos de estos tratados \"de segunda generación\", muchísimo más ambiciosos, son también el TLC que Colombia negocia con Estados Unidos o el Area de Libre Comercio de las Américas, ALCA.

Para algunos analistas, se trataría de un acuerdo en el que se materializan los objetivos del viejo regionalismo. Otros, sin embargo, estiman que la coyuntura en la que se producen las negociaciones y los objetivos estratégicos perseguidos por los negociadores, nos permiten reconocer en el Acuerdo las aspiraciones inherentes al Nuevo Regionalismo, o regionalismo abierto si atendemos a la definición de la CEPAL.

Un acuerdo como este será siempre una apuesta que ha de ser monitoreada a futuro. Si bien fue el resultado de una \"negociación proteccionista\", persigue objetivos de clara importancia para el país y profundiza, pese a centrarse en un universo limitado de bienes, la apertura de mercados en la que hemos avanzado de manera unilateral y en los escenarios de concertación multilateral. Es pues parte de un proceso de cambio de mayor envergadura.

Cabe recordar que el continente ha experimentado un proceso de apertura significativo desde hace dos décadas, que se aprecia claramente en la reducción de los aranceles promedio, que pasaron de más del 40% a mediados de los 80 a alrededor del 10% en el 2000. Al mismo tiempo, los aranceles máximos cayeron de un promedio de más de 80% a 40% y se redujo significativamente la dispersión arancelaria. Este proceso de liberalización estimuló un crecimiento significativo del comercio subregional, así como del comercio extrarregional. Para América Latina sin embargo, según el Banco Interamericano de Desarrollo, la apertura global de las economías representó un crecimiento sensiblemente mayor de las importaciones que de las exportaciones (12% y 9,7%, respectivamente).

De hecho, en el marco de un proceso de liberalización de largo aliento, sorprende un poco descubrir la vehemencia con la que el ejecutivo insiste en que con este acuerdo se \"cierra el ciclo de suscripción de acuerdos de libre comercio con las naciones suramericanas\". Y sorprende aún más cuando se constata el carácter conservador de la negociación y la naturaleza provisional de algunas de las áreas más sensibles del Acuerdo, donde con seguridad habremos de profundizar en un futuro próximo.

La creación de esta área de libre comercio deberá ofrecer estabilidad y garantías para que las empresas colombianas desarrollen experiencia exportadora a mercados poco explorados, así como permitirnos diversificar y superar restricciones estructurales de nuestra oferta exportable. De hecho, se esperaría que un Acuerdo como este nos permitiera potenciar el comercio de manufacturas de mayor valor agregado en tanto el mercado regional tiende a estar más concentrado en este tipo de bienes que los mercados suprarregionales.

La experiencia sugiere interesantes oportunidades en el comercio intraindustrial, es decir aquel de productos similares dentro del mismo sector. Este ha sido uno de los campos en el que con mayor claridad se ha evidenciado un impacto positivo de los procesos de integración en el continente, como bien lo revelan los datos disponibles para el caso de la Comunidad Andina, el Mercosur, Caricom y el Mercado Común Centroamericano.

El Acuerdo también apuntaría a generar condiciones que permitan al país atraer los flujos de inversión que el sector productivo requiere. La finalización de las negociaciones del Acuerdo Bilateral con los Estados Unidos aparece en perspectiva como una oportunidad valiosa que podría estimular la llegada de IED de los países de mayor desarrollo relativo que hacen parte del Mercosur. Al respecto, además, la negociación con países industrializados suele verse como una herramienta que permite reducir la prima de riesgos y por esta vía alentar a los inversionistas extranjeros.

Si bien en cuanto a la existencia de una correlación positiva entre apertura comercial y la transformación significativa de los flujos de inversión existen, en la literatura especializada, conclusiones disímiles, es claro que esta es una de las apuestas que hace el Acuerdo. Más allá de la revisión de casos exitosos circunscritos a condiciones irrepetibles o la por momentos sobrevalorada experiencia de la ola privatizadora de los noventa, cabe proceder con la cautela que aconsejan los organismos multilaterales. Recientemente, tanto el Banco Mundial como el Banco Interamericano de Desarrollo han advertido sobre el riesgo de que la prosecución de este objetivo intensifique una competencia agresiva en materia de incentivos para la ubicación de IED que se traduzca en una distribución inequitativa de beneficios en favor de las firmas extranjeras.

Por otro lado, el aprovechamiento de las economías de escala, sumado a las posibilidades en materia de diversificación de la oferta exportable y atracción de inversión extranjera directa deberían redundar, con el paso del tiempo, en aumentos en la productividad y la competitividad de nuestros sectores...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR