Proyecto de ley 249 de 2013 senado - 3 de Mayo de 2013 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 451041646

Proyecto de ley 249 de 2013 senado

PROYECTO DE LEY 249 DE 2013 SENADO. por la cual se crea el Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario.

El Congreso de Colombia

DECRETA:

Artículo 1° Adiciónese al artículo 872 del Estatuto Tributario un nuevo parágrafo transitorio:

Parágrafo Transitorio 2°. El veinticinco por ciento (25%)de los dineros recaudados por el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF) durante las vigencias fiscales 2014 y 2015, se dedicarán exclusivamente al financiamiento del Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario que tendrá como finalidad apoyar programas de sustentación de precios, reconvención tecnológica y aumento de la productividad del sector. El Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario será reglamentado por el Gobierno Nacional.

Artículo2°. Los recursos del Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario serán destinados a los productores agropecuarios pequeños y medianos, según sea el tamaño de las unidades productoras que establezca el Gobierno Nacional.

Artículo 3° El Ministerio de Hacienda y Crédito Público junto con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en un término no mayor a 2 meses, deberán exponer los atributos socioeconómicos de los productores agropecuarios que clasifiquen a los programas financiados por el Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario.
Artículo 4° La presente ley rige a partir de su promulgación y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias.

Óscar Mauricio Lizcano Arango,

Senador de la República.

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

1. Objeto del proyecto

El proyecto que se presenta al honorable Congreso de la República tiene como principal objetivo la creación del Fondo de Apoyo al Sector Agropecuario, cuyo propósito es el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los productores pequeños y medianos de este sector. El Fondo busca la formalización laboral, la garantía de un precio justo, el mejoramiento de las condiciones para enfrentar el impacto de la variabilidad climática, la actualización tecnológica, la implementación de programas dirigidos al aumento de la productividad de largo plazo, la reducción de la vulnerabilidad a cambios de los mercados externos y la elevación de la competitividad de este sector en el ámbito mundial.

Antes de la apertura, el sector agropecuario afrontaba grandes problemas en términos de concentración de la tierra, desplazamiento, poca diversificación y clima, entre otros. Sin embargo, sin haber solucionado la mayoría de los anteriores flagelos, se le ha sumado la cuenta de cobro de no habernos preparado institucionalmente, en infraestructura, tecnología y educación.

Conforme la economía se abría, las debilidades en productividad se iban acrecentando y la fragilidad a la especulación de los precios internacionales se hacía más notoria. Tan solo un estornudo en la situación fiscal de la zona euro representa una baja en los precios de los commodities y por ende un menor precio de compra de nuestros productos. En contraste, las tensiones en Medio Oriente impactan en subidas del petróleo que incrementan los precios de los agroquímicos y pesticidas. Este ejemplo no es más que una muestra del desbalance entre oferta y demanda que desemboca en la difícil sostenibilidad del productor agropecuario nacional.

La situación se ha vuelto tan alarmante que según el experto Gustavo Wilches-Chaux. ¿Resulta paradójico que le haya tocado enfrentar el paro cafetero a este Gobierno que por primera vez se ha empeñado en un proceso de devolución de tierras a los campesinos desplazados y que, también por primera vez, se ha sentado a dialogar y ha coincidido con las FARC en la necesidad de repensar el desarrollo del campo¿[1][1].

Igualmente, como resaltan expertos del tema, el apetito voraz por la explotación del sector minero-energético, que aparte de disminuir la competitividad de la moneda por la gran cantidad de divisas que entran, ha generado una disyuntiva por el uso de la tierra y una desindustrialización de la economía. Sin contar que la modernización de la agroindustria es casi incipiente y el incremento del contrabando distorsiona cada vez más el equilibrio nacional (PNUD, 2012).

Estos factores en conjunto han llevado al sector a una sinsalida que requiere el apoyo de una fuerte institucionalidad, de la intervención activa del Estado y de la sinergia entre los productores agropecuarios. En este sentido, desde el Congreso de la República y el Gobierno se han generado estrategias que buscan fortalecer los pequeños y medianos productores agropecuarios, proteger sus ingresos y crear incentivos en pro de una producción amigable con el medio ambiente.

No obstante, el problema es de fondo y la labor conjunta debe continuar. La idea no es ir contra el mercado, sino brindar las condiciones para que se abra la posibilidad de estructurar al sector agropecuario como un competidor autosostenible y rentable.

Por esta razón, se deben generar las condiciones óptimas que le permitan al sector mantenerse de manera eficiente para satisfacer la demanda tanto interna como externa sin sacrificar su beneficio. Es necesario garantizar precios que reconozcan el esfuerzo y permitan una sostenibilidad digna, una adecuada cadena de abastecimiento y almacenamiento de excedentes, la actualización tecnológica, la modernización de la comercialización, la promoción del consumo de productos agropecuarios, la construcción de la infraestructura adecuada, la formalización de la mano de obra, la tecnificación de la producción y la inversión en programas que desarrollen economías de escala.

Asimismo, la innovación y el desarrollo científico deben incluir en sus esfuerzos la creación de productos más resistentes a las nuevas plagas y las alteraciones climáticas. La academia debe intervenir en la eficiencia de las cadenas productivas desde el primer eslabón de la cadena, como es el uso del suelo y la conveniencia de los productos, hasta los mecanismos de promoción y comercialización. Finalmente, el sector financiero debe esforzarse en brindar soluciones al sector agropecuario para que su producción sea cubierta y asegurada pese a los vaivenes de la especulación de los mercados internacionales.

La idea del proyecto es buscar soluciones de largo plazo teniendo en cuenta las necesidades actuales. Hay que incentivar, formalizar y modernizar el sector agropecuario en todos sus procesos productivos para que sea...

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